Space Oddity



Space
Oddity
Intermedio musical del 2008


El colchón estaba echado al ras del piso de madera de la habitación. A la cabeza, un enorme poster de la portada del Sargento Pimienta de los Beatles adornaba las paredes, que sin contar el cartel eran completamente blancas. Un juego de mesitas de junco y una mesa ratona redonda con algunos cojines y el escritorio, completaban el mobiliario de la recámara que habitaba en el departamento de Avenida Xola. Las cortinas eran escazas y como resultado, los rayos del sol entraban cuantiosamente y sin dificultades.
            Por debajo de las sábanas color pistacho de diseñador, heredadas de la madre de Le petit Marx, nuestros cuerpos se asomaban rejuvenecidos por el paso de la noche y el calor de la mañana. Extiende su brazo sobre mi pierna y me hace hacia él. La situación me sobrecogía, sentía que no podía quererlo, que no debía quererlo. Era sólo un amante, nada más.
            Major Tom se ganó ese apodo cuando en una cita me puso el vinilo de David Bowie en el Stromberg Carlson de su compañero de piso. Tan delgado como el autor del Space Oddity, castaño y con un acento valenciano extremadamente atractivo, en esa ocasión paso de la cena para proponerme un menú más decadente. La verdad es que en esa ocasión era la primera vez que le prestaba atención a Bowie y junto con el sexo y las drogas no parecía necesitar más de la vida que ese momento. 
          Nos bebimos un par de cervezas mientras él liaba un cigarrillo de marihuana. Las primeras notas espaciales se comenzaban a escuchar cuando encendió el canuto y el distintivo ruido de la aguja en el acetato hacia que la pista penetrara con especial profundidad en mis oídos. De no sé dónde aparece una venda, un pañuelo, un calcetín o una tela que no me interesa identificar y me la amarra alrededor de la cabeza para impedirme ver lo que sigue. 
          Mayor Tom tiene problemas del corazón, literalmente. Desde el principio fue un asunto riesgoso el acostarse con un tipo que podía morir en el acto, pero él lo único que dejaba ver de sus problemas de salud era la cicatriz grande que marcaba su pecho. Así que de cualquier forma cada cita con él resultaba de alguna manera excitante, pero en esta ocasión la ceguera ponía especial condimento a la situación. Me besa, me toca, me desnuda. Hace que mis costillas salten de por mi espalda y la columna vertebral serpenteé hasta la base y me acerca su sexo a los labios. El jardín de plantas sagradas que tiene en el patio (peyote, manto de la virgen, toloache, pasiflora y por supuesto marihuana) parece bendecir el acto porque en ese momento la sala completa parece respirar con nosotros y las palmas que suenan del audio se combinan a ritmo con nuestros cuerpos encontrándose... Se me cuela por la mente el intermedio de A day in the life; i love to turn you oooooon y el orgasmo conquista la escena. Los violines siempre tienen ese efecto según yo, es por eso que Paganini es Paganini y A day in the life es realmente, "Un día en la vida".

*


Géminis


Géminis

Cada amigo representa un mundo dentro de nosotros, un mundo que tal vez no habría nacido si no lo hubiéramos conocido

Anaïs Nin



Cuando tienes que escoger entre dos amantes, es mejor no escoger a uno de ellos. Es mejor escogerse a uno mismo. Esta es una solución que simplemente no puede llegar del puro razonamiento lógico, sólo la experiencia te hace comprenderlo, sólo cierta experiencia te hace hacerlo. Y no siempre es un contrato sellado.

Blues is so sexy!


       Blues
      is so sexy!

Dice Chavela —Lo supe siempre.
No hay nadie que aguante la libertad ajena;
a nadie le gusta vivir con una persona libre.
Si eres libre, ése es el precio
que tienes que pagar: la soledad”.
Yo asentí y le dije
—Que no es lo mismo que estar solo.

Quizá es que soy más cinica de lo que me gusta admitir. Quizá sólo es que se combina con algo de falta de amor propio. Pero cuando le digo “si” a un hombre, es un si de verdad. Sin plan escondido.

The island in the lake


The island 
 in the lake

Jamás se desvía uno tan lejos
como cuando cree conocer el camino



El primer lugar que habitan las aves influye en sus destinos migratorios. Corrijo, el primer lugar donde uno realmente habita influye en su destino. La Isla de la Santa Veracruz es probablemente mi amante más querida hasta el momento. En sus setenta metros cuadrados arrulló por más de mil días mis atolondradas noches, acomodó calidamente todas mis manias y mis filias, dio resguardo a conocidos y desconocidos y nos construimos de trozos muy gastados y contrastantes. No podía ser de otra manera, era una isla mágica en medio del gran lago del valle de Anáhuac.

Romeo+Juliet I Lado B


¿Y ustedes se quieren 
o se van a querer?
Si estoy empezando a sonar demasiado nostálgica es porque el encierro laboral esta secuestrando my dating life

            Era 1997 y Wannabe y Bitch sonaban alto y claro en mi habitación. Tenía 12 años y estaba comenzando la escuela secundaria. Ya era obvio que no era una niña bien ajustada y aunque creo que ahora es muy raro que alguien se ajuste a tremendo desbarajuste mundial, conforme pasan los años sigo encontrando que esta historia despierta sorpresa.
            Fabián, meaning mi Romeo para futuras y pasadas referencias, era el chico malo del colegio; estaba en el último año, se peleaba a la salida por lo menos una vez a la semana, fumaba y por supuesto era alto, delgado y de nariz grande. No tenía barba pero un modesto bigotito empezaba a asomárcele de por encima de la boca. Habían pasado a penas un par de meses del comienzo del año escolar cuando en un receso me encerró entre sus brazos contra la pared.
            —Si no te metes a tu salón te doy un beso,
            me dice mirandome directamente y sin reparo alguno a los ojos. En ese momento Clarita que era su “prefecta” favorita me llama a meterme al salón, le da las gracias por su ayuda para mantener el orden en los pasillos y lo despide.

Había una vez...

A lustful teacher n´ a student
(who lived happily ever after
just for the exact amount of time)



Los fantasmas de mis amantes pasados estaban empezando a cazarme. Primero, cierto rubio bostoniano bastante aficionado a los gatos y a las relaciones a largo plazo, se había vuelto una idea recurrente para cambiar de pasaporte. Tiempos desesperados llaman a pensamientos aún más desesperados; y aunque recuperar mi isla (mi piso) es el principal, hay otro que ronda con más frecuencia y es sobre el estilo de vida que estoy eligiendo. La duda es algo que te come lento si la dejas pero también te sirve para ganar perspectiva si la sabes utilizar.

Sex on fire


Hot as a fever 
Rattling bones 
I could just taste it,
Taste it
If it's not forever 
If it's just tonight 
Oh it's still the greatest 
The greatest





“Actualmente ya nadie quiere viajar a Marte,
parar y desayunar en Plutón...
El universo es un vacío.”



Funeral para un frijol y una lenteja

Primer acto Eran los primeros días de octubre del dos mil nueve y ya habían pasado algunos meses desde que Le petit Marx y yo habíamos dejado de ser nuestros principales amantes. Tenía poco de haber regresado del sureste del país y comenzaba el otoño matriculándome en una de las universidades del oriente de la ciudad de México...

The Albert Pervert Show





Omitiré el principio, por lo menos por ahora. En las historias de lujuria nunca importa como empiezas solo que lo haces.
En estos tiempos de vigilia sexual, impuesta por los infortunios de la salud, la espiritualidad y las emociones; justo cuando pensaba que iba a tener que empezar a sacar fantasmas de la cajita de madera; un anarquista catalán llega para mantenerla callada por lo menos a little bit longer.

De espigas y lavandas


Primer borrador ó first rant about lavender love



La verdad es que la palabra "Lavanda" no me cabe en la cabeza, la ubico como Lavender su traducción al inglés. Y es que la primera vez que escuché de ella fue como el color del vestido de dama de honor de Julia Roberts en My best friend´s wedding. Ya saben, la peli gringa sobre una crítica de cocina que al enterarse de que su novio de la universidad va a casarse, entra en crisis y hace peripecia y media para robárselo. 


  • Suddenly, a familiar song. And, you're off your chair in one, exquisite movement... wondering, searching, sniffing the wind like a dapple deer. Has God heard your little prayer? Will Cinderella dance again? And then, suddenly, the crowds part and there he is: sleek, stylish... radiant with charisma. Bizarrely, he's on the telephone. But then, so are you. And then he comes towards you... the moves of a jungle cat. Although you quite correctly sense that he is... gay... like most devastatingly handsome single men of his age are, you think... what the hell. Life goes on. Maybe there won't be marriage... maybe there won't be sex!... but, by God, there'll be dancing.

Con esto dicho por el hermoso sodomita de Rupert Everett finaliza la película y la heroína termina aceptando que no vivirá felizmente para siempre con el objeto de su obsesión.

The Blue






Azul de Mar

Si sientes la necesidad de preguntarte qué es lo que tienes con un chico, seguramente es porque no tienes nada con ese chico; nada en el sentido que quisieras tenerlo. Es muy simple, si te quiere te lo dice, si no es que no. No hay rollos ni complicaciones y no es que no le atraigas en algún sentido pero el veredicto final es un sí o un no muy claros. Por lo menos es lo que hasta el momento mi experiencia me ha dicho...

Besos de desayuno


Siempre he tenido la idea de que vivo un cuento; uno que cuenta alguien en algún lugar muy arriba en el cielo, en una especie de relato antropológico de los usos y costumbres de una muchacha mexicana simple, nacida en los 80as del siglo XX y educada en el subibaja de la pequeña burguesía.
            Tal vez por eso desde pequeña me ha motivado conocer la vida de mucha gente en un intento de que mi propia historia no se volviera monótona ni repetitiva. Una historia de historias...

"Todo lo que se creía permanente y perenne se esfuma, lo santo es profanado, y, al fin, el hombre se ve constreñido, por la fuerza de las cosas, a contemplar con mirada fría su vida y sus relaciones con los demás"
Karl Marx en el Manifiesto del Partido Comunista