¿Y ustedes se quieren
o se van a querer?
Si estoy empezando a sonar
demasiado nostálgica es porque el encierro laboral esta secuestrando my dating life…
Era
1997 y Wannabe y Bitch sonaban alto y claro en mi habitación. Tenía 12 años y estaba
comenzando la escuela secundaria. Ya era obvio que no era una niña bien
ajustada y aunque creo que ahora es muy raro que alguien se ajuste a tremendo
desbarajuste mundial, conforme pasan los años sigo encontrando que esta historia
despierta sorpresa.
Fabián,
meaning mi Romeo para futuras y pasadas referencias, era el chico malo del
colegio; estaba en el último año, se peleaba a la salida por lo menos una vez a
la semana, fumaba y por supuesto era alto, delgado y de nariz grande. No tenía
barba pero un modesto bigotito empezaba a asomárcele de por encima de la boca. Habían pasado a penas un par de meses del comienzo del año escolar
cuando en un receso me encerró entre sus brazos contra la pared.
—Si
no te metes a tu salón te doy un beso,
me
dice mirandome directamente y sin reparo alguno a los ojos. En ese momento Clarita que era su
“prefecta” favorita me llama a meterme al salón, le da las gracias por su ayuda para
mantener el orden en los pasillos y lo despide.