Había una vez...

A lustful teacher n´ a student
(who lived happily ever after
just for the exact amount of time)



Los fantasmas de mis amantes pasados estaban empezando a cazarme. Primero, cierto rubio bostoniano bastante aficionado a los gatos y a las relaciones a largo plazo, se había vuelto una idea recurrente para cambiar de pasaporte. Tiempos desesperados llaman a pensamientos aún más desesperados; y aunque recuperar mi isla (mi piso) es el principal, hay otro que ronda con más frecuencia y es sobre el estilo de vida que estoy eligiendo. La duda es algo que te come lento si la dejas pero también te sirve para ganar perspectiva si la sabes utilizar.


Catlover boy había sido facíl de olvidar porque en realidad él estaba obsesionado con la idea que tenía de mi y de una vida juntos, pero no de mi en realidad. No estaba dispuesto a negociar vivir fuera de su sueño y a mi me parecía bastante cuadrado pero también intimidante en ese otoño de 2010. Mi idea también era demasiado hermética y tenía miedos que perder antes de poder emocionarme con una vida de viajes, hijos ojiazules que se llamaran Robin, nieve en invierno y el american monogamic way of life.
Cuando finalmente Mi gachupin se rindió ante nuestro predicamento trasatlántico y regresó con su ex de 37 años; supé que algo estaba pasando. Me dolió mucho enterarme y cuando meses después los vi en fotos del Facebook posando felices con su sobrina recién nacida… ufff, me perdí. No tenía idea de que eso pasaría; no quería casarme con él, no quería andar por la Isla verde de novia de un cuarentón y sus amigos prejuiciosos y más que nada no podía creer que ese hombre de chinos perfectos realmente estuviera enamorado de mi. Pero lo estaba, atención especial a el tiempo pasado de ese verbo. 
Creo que lo había puesto en un pedestal solo por ese acento andaluz maravilloso que siempre despierta en mi las más bajas pasiones y el más alto nivel de estupidez, y por su perfección anatómica aunque levemente añejada. Pero bueno, at last but not least había un par de personas a las que ya había juntado en la vida real.
Safo era una diseñadora gráfica bastante guapa con la que había tenido un poco más que besuqueos ligeros a diferencia de otras experiencias lesbicas que había vivido. Era una chica de lo más cariñosa y supporting conmigo, pero siempre hacia de novio; llevándome por el lado de la acera, pagando la cuenta y abriendome la puerta del carro. Lamentablemente mi incapacidad de ser completamente lesbiana y su falta de pasión hicieron que la relación no funcionara. Cuando saliamos la llevé como pareja oficial a una fiesta de japoneses llena de “artístas” de más de treinta al sur de la ciudad y…
El profe era un tipo de lo más descarado. Maestro de la postproducción audiovisual pero principalmente de la fiesta, la marihuana y el tequila; moreno, alto, con panza chelera, medianamente calvo y con los dientes ligeramente chuecos. Con una sonrisa perversa, segura pero amigable. ¡So kinky! en una perturbada and deviant kind of way. Cuando lo conocí nos daba a mi acompañante femenina y a mi, una catedra sobre los interminables finales felices de la cinematografía estadounidense. Y aunque su medio es el psudointelectual del popart mexicano, el arrabal citadino es su cuna y verdadero hogar.
            Una noche de aburrimiento me lo topé en el chat y nos dimos una escapada madrugosa llena de pecado y seducción. En uno de esos momentos de sudor clandestino, me preguntó sobre mi corta edad, su proporción opuesta a mi “calidad” como amante y ahí comenzó el juego. El chico malo, la chica no tan mala, escabullidas de media noche y cenas decadentes en la calle a las dos de la mañana; hasta varios meses después instituimos propiamente los papeles. El profesor de historia de la revolución francesa y su alumna estrella entregados a la lujuria y el deseo pospuestos por un trimestre de legalidad universitaria.
            Disfrutabamos de actuar en la cama, pero en el desayuno eramos verdaderos amigos y platicabamos de nuestros ups and downs. Era lindo y ya había durado casi un par de años. De repente no podía evitar preguntarme como seriamos de pareja estable, ir a fiestas juntos, salir a citas normales, vivir juntos… ¡Naaa! Como decia, la duda ayuda a ver el panorama desde otro ángulo, y el juego fácil de fingir el desayuno en lugar de fingir ocasionalmente y por diversión en la cama, no era para nada mi estilo de roll playing.
            Las relaciones en nuestro tiempo y sobre todo en México comienzan con una privación total de la personalidad propia. De como debes comportarte en una cita, cosas apropiadas e inapropiadas que decir, lo que debe de hacer una chica y lo que debe de hacer un chico, todo se mide y se evalúa para saber si la otra persona es merecedora de tu cariño y atención o no. Si vas a usar máscaras, por lo menos que sean sólo por un tiempo y como picante adicional en la cama y no dejar que se conviertan en tu cara.
            Life and freedom no es lo que publicitan, lamentablemente tampoco lo que te imaginas de adolescente, hay que construirlas ladrillo por ladrillo, paso a paso con la madurez y sabiduría que te va dando el tiempo. La monogamía a la que le huía no era mi verdadero mounstro, si no esta necedad de ser otra persona para que te acepten. Si la monogamía es elegida y la vida normal una desición no las pensaré como derrota si no como un momento en mi tiempo que yo decidiré que tanto se extiende y de que manera.

Track 1. Contigo, La auténtica sonora mezcalera
Track 2. Live and learn, The cardigans
Track 3. Wonderwall, Oasis
Track 4. El rey, José Alfredo Jiménez
Track 5. Road to Zion, Demian Marley
Track 6. Chic Habit, April March
Track 7. Usted, Odiame o Toda una vida, Los tres ases

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"Todo lo que se creía permanente y perenne se esfuma, lo santo es profanado, y, al fin, el hombre se ve constreñido, por la fuerza de las cosas, a contemplar con mirada fría su vida y sus relaciones con los demás"
Karl Marx en el Manifiesto del Partido Comunista