Omitiré el principio, por lo menos por ahora. En las historias de lujuria nunca importa como empiezas solo que lo haces.
En estos tiempos de vigilia sexual, impuesta por los infortunios de la salud, la espiritualidad y las emociones; justo cuando pensaba que iba a tener que empezar a sacar fantasmas de la cajita de madera; un anarquista catalán llega para mantenerla callada por lo menos a little bit longer.